Casi 13.000 folios tratan de explicar las 18 horas en las que España contuvo la respiración esperando a un supuesto elefante blanco. Las páginas del sumario de la causa abierta por el Consejo Supremo de Justicia Militar tras el intento de golpe de Estado de 1981, al que ha tenido acceso EL PAÍS, permiten oír a los protagonistas desde dentro del hemiciclo y reconstruir el 23-F desde las reuniones preparatorias. “El general Armada me dijo que no tenía que haber derramamiento de sangre bajo ningún concepto. Que una vez que entráramos, el grito debía ser ‘¡Viva el Rey! ¡Viva España!’ y que en todo momento debía hacer saber a los diputados que estábamos a las órdenes del Rey”, declaró teniente coronel Tejero en los primeros interrogatorios. “Íbamos a estar solos durante dos horas. Entonces llegaría la autoridad militar competente”, añade en su declaración. Pero el golpe blando se torció y se alargó. La instrucción judicial revela por qué.
