Ahí está, refulgente y conjuntadísima, no tiene pérdida. Pelo blanquísimo, labios rojísimos, jersey claro, pantalón oscuro y un tres cuartos blanco y negro que compró “hace siglos, en unas rebajas de Murcia”, según confiesa cuando le alabo el gusto, con esa complicidad inmediata que se establece entre chicas amantes de los trapos. Hemos quedado en el teatro Fernán Gómez de Madrid, donde estrena la “penúltima” función de su vida, cuando podría estar disfrutando de sus nietos y sus bisnietos. Desde que nació, nueve meses antes de la Guerra Civil, hija de un ingeniero vasco y una burguesa ilustrada catalana —“fui una niña bien que pasó hambre a rachas”, explica¨— De Yzaguirre ha ido siempre “contracorriente”, sin dejar de moverse en ambientes donde no se le había perdido nada. Solo su afán de intentar arreglar el mundo antes de comérselo crudo.
PIONERA A LA FUERZA
Pilar de Yzaguirre (Barcelona, 85 años) fue, ojo al dato, subdirectora general de la Condición Femenina con José Manuel García Margallo de director general y Adolfo Suárez de presidente. Dimitió al sentirse un florero sin autonomía ni presupuesto para hacer cosas y se puso a hacerlas por su cuenta. Activista por los derechos de la mujer por la vía de los hechos consumados, estuvo en el equipo fundador del primer centro de planificación familiar en España, en Vallecas, y trajo a Betty Friedman a dar una conferencia en la Fundación Juan March, pero su encuentro con el teatro de la mano de José Luis Gómez en el Centro Dramático Nacional le cambió la vida. Directora histórica del Festival de Otoño de Madrid, su último gran éxito fue el montaje de ‘Incendios’, con Nuria Espert. Ahora estrena ‘El grito’, una obra basada en un hecho real, producida y auspiciada por ella, en el teatro Fernán Gómez de Madrid. Su “penúltima” función. De momento.