Memorias de Siria de una refugiada de 113 años

Los dedos nudosos de Hamde Fares van pasando ágilmente las cuentas de la masbaha, rosario musulmán, que sostiene con la mano izquierda. A cada poco, la anciana siria hace una pausa en su relato para murmurar alguna oración. Según su carné de identidad sirio ha cumplido 113 años, por lo que teóricamente tenía 105 cuando huyó de la guerra en Siria para convertirse en refugiada. Sentada sobre un colchón en el interior de la jaima que habita en el campamento informal de Tueli, al noreste de Líbano y colindante con la frontera siria, esta ganadera relata la última década de contienda en Siria, la era de mayor pobreza en más de un siglo de vida, asegura. Enjuta, la mujer carraspea con la garganta seca por no haber bebido agua en todo el día. A pesar de su edad, aún respeta el ayuno en este mes sagrado de Ramadán.

Seguir leyendo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *