La Casa Real británica revive los turbulentos años de Lady Di

“Nunca quejarse, nunca dar explicaciones”. Aunque la frase se atribuye al primer ministro Benjamin Disraeli, padre del Partido Conservador moderno, fue asumida de inmediato por la Familia Real británica. Las críticas de la prensa debían ser ignoradas, dejar que se esfumaran por sí solas sin dar pábulo. En el mejor sentido, la Monarquía mantenía de este modo una neutralidad necesaria. Desde un punto de vista práctico, el silencio restaba categoría a la noticia. La realidad, sin embargo, es que los Windsor rara vez se han ajustado al guion. Nunca han dejado de quejarse, cuando se han sentido maltratados, y siempre han dispuesto de aliados y mensajeros preparados para explicar desde el anonimato su propia versión de las cosas a los medios.

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