Ryan Adams (Jacksonville, Carolina del Norte, 1974) ya sabe cómo se conjuga el verbo fracasar. Entre 2001 y 2018, la suya era una historia de irrupción formidable en el mundo de la música y éxito sostenido, de Gold, el disco que le encumbró, a Prisoner, su canto del cisne comercial y artístico, al menos por el momento. En esos 18 años, sufrió algún que otro altibajo, pero se mantuvo casi siempre a menos de un peldaño de la absoluta élite, acumulando éxitos y coleccionando nominaciones a los Grammy.
