Decidir ignorar es ser cómplice

Nunca he visto una destrucción tan rápida de un país en época de paz y sin bloqueo o sanciones. Cuando dejé el Gobierno en mayo de 2017 éramos el segundo país más seguro de América Latina con una tasa de homicidios intencionales de 5.8 por cada 100.000 habitantes, pero hoy somos de los países más violentos del mundo con una tasa proyectada de 39 para fines de 2023. Exportábamos energía eléctrica, pero hoy importamos energía y volvieron los racionamientos eléctricos superados hace más de una década. Éramos el país que más reducía pobreza y desigualdad en la región y revertimos el flujo migratorio, con decenas de miles de compatriotas volviendo a su tierra, pero hoy el PIB per cápita se encuentra en niveles del año 2011, la pobreza ha vuelto a aumentar y la tragedia migratoria comenzó nuevamente. Mientras tanto, la banca rompe récords históricos en beneficios. Lo inaudito se ha naturalizado.

Seguir leyendo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *