La opinión pública china no sabe cómo encajar el éxito de Chloé Zhao, la cineasta nacida en Pekín pero formada en Estados Unidos que la semana pasada hizo historia en los Globos de Oro al convertirse en la primera mujer asiática en llevarse el premio a la mejor dirección. Las redes y medios oficiales han pasado del orgullo al repudio tras conocerse antiguas declaraciones interpretadas como ataques a su país de origen. Esto pone en riesgo el estreno de su última película y subraya, una vez más, la efervescencia del nacionalismo incardinado en la sociedad del gigante asiático.