El fuerte olor a marihuana que emanaba una villa de lujo situada en Altea (Alicante) fue el hilo del que tiró la Guardia Civil hasta desarticular una banda criminal de moteros dedicada al cultivo y el tráfico de drogas. Los diez detenidos usaban plantaciones situadas en los sótanos de sus viviendas y, tras cinco meses de seguimiento de los agentes, fueron arrestados el pasado 23 de febrero en el marco de la Operación Siux, según ha trascendido este martes. Todos formaban parte de Satudarah, una organización ilegalizada en Holanda, su país de origen.
