Un persa en los montes de Toledo

Nadie sabe cuál era su nombre exacto, ni por qué se levantó en aquel escarpado monte rocoso sin fuentes de agua cercanas. Ni siquiera se conoce quién ordenó construirla. En ningún texto árabe ni cristiano medieval aparece mención alguna de este asentamiento, y eso que llegó a contar con una gran fortaleza rodeada de murallas que albergó a unos 3.000 habitantes, una población nada despreciable en el siglo X en un territorio de frontera. Ahora, el profesor emérito de la Universidad de Castilla-La Mancha Ricardo Izquierdo ha recuperado su memoria en Vascos: un enigmático enclave andalusí. En este trabajo ―que ha presentado recientemente en el Museo Arqueológico Nacional― relata los últimos hallazgos en esta ciudad islámica levantada en Navalmoralejo (Toledo), entre ellos un enigmático medallón que viajó más de 6.500 kilómetros desde el imperio sasánida hasta la Península y que puede resolver el misterio.

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