Francia, única potencia atómica de la Unión Europea, ha puesto sobre en mesa el uso de la fuerza de disuasión para proteger también a sus socios. El presidente Emmanuel Macron cree que su arma nuclear es “un elemento ineludible” en la defensa de Europa y ha ofrecido abrir una reflexión. En Alemania, cuya seguridad se apoya desde la posguerra mundial en el paraguas de Estados Unidos, este debate empieza a abrirse paso ante la amenaza rusa y el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.