La pandemia del coronavirus ha impedido que las mujeres en América Latina salgan a las calles masivamente este 8-M, pero no las ha silenciado. Los reclamos, al contrario, se han hecho más fuertes y las redes sociales han servido como plataforma para exigir el respeto a sus derechos, que durante el último año han sufrido un retroceso. La covid-19 se ha traducido en un duro aumento de la violencia machista, de la sobrecarga laboral y en general, de las garantías para tener una vida digna.
