Las acusaciones de racismo de Meghan Markle y el príncipe Enrique abren otra crisis en la monarquía británica

La rabia y la polémica desatadas en los medios informativos británicos a medida que avanzaba el domingo la emisión de la entrevista de la presentadora estadounidense Oprah Winfrey a los duques de Sussex muestra la gravedad del asunto. Las comparaciones con aquella lejana crisis institucional que provocó Diana de Gales cuando se decidió en 1995 a comparecer ante las cámaras no sirven. En el tiempo del Black Lives Matter, en que se derriban estatuas de personas con pasado esclavista; en el tiempo del Me Too, en que no se mira a otro lado ante cualquier abuso de poder sobre una mujer, y con una nueva generación que ya es más isabelina que monárquica, las acusaciones de racismo, crueldad y manipulación lanzadas por la pareja contra el entramado de la casa real han reavivado la división cultural e ideológica de la sociedad británica en torno a su institución por excelencia.

Seguir leyendo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *