Ocho diplomáticos rusos junto con sus familias emprendieron una auténtica odisea para retornar a Rusia desde Corea del Norte, que mantiene cerradas sus fronteras debido a la pandemia de la covid-19. En el viaje de salida tuvieron que recorrer a pie más de un kilómetro empujando una dresina con todas sus pertinencias. “Dado que las fronteras [norcoreanas] permanecen cerradas desde hace más de un año y el tráfico de pasajeros se ha detenido, fue un viaje largo y difícil”, informó el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores en un comunicado.
