La creación de un pasaporte sanitario europeo, anunciada en la cumbre europea que terminó este viernes, afronta enormes dificultades políticas, operativas y legales que amenazan con retrasar o incluso impedir su puesta en marcha. El sector turístico y el aéreo piden celeridad para facilitar la recuperación económica. Pero fuentes comunitarias reconocen que la tarea por delante todavía es considerable y que algunos países de la Unión Europea creen muy prematura la introducción de un certificado de vacunación. En contraste con el lento avance del sector público, la iniciativa privada ya ha desarrollado varias aplicaciones que permiten a una persona compartir los datos sobre su inmunidad con vistas a acceder a un recinto determinado o a un medio de transporte.
