Toneladas de alquitrán acechan como una plaga bíblica sobre la costa de Israel tras el mayor vertido registrado en una década en ese rincón del Mediterráneo oriental. Desde que hace una semana se detectaron las primeras manchas de chapapote, cerca de 170 kilómetros de litoral han quedado tiznados de negro para mucho tiempo. Miles de soldados y voluntarios se han movilizado para poner a salvo la fauna y limpiar las zonas contaminadas.
