El Congreso mexicano ha dejado prácticamente enterrada una de las insignias del sexenio anterior, la reforma energética de Enrique Peña Nieto. El Senado ha aprobado este martes en lo general, por 68 votos a favor y 58 en contra, modificar varios artículos de la Ley de la Industria Eléctrica. El nuevo modelo, auspiciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, busca priorizar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) frente a las plantas privadas, muchas de ellas renovables. Morena, el partido del mandatario, ha insistido en la necesidad de reforzar a la eléctrica paraestatal, mientras la oposición ha destacado el freno que ello va a suponer para el desarrollo de la eólica y fotovoltaica.
