Era el partido de mayor tensión en lo que va de Mundial, y EE UU, la segunda selección más joven del torneo, lo jugó como si ya estuviera lista para todo y no fuera el embrión que se ha anunciado para la próxima Copa del Mundo, y que ahora se pondrá a prueba en octavos ante Países Bajos. Su fútbol apagó el ruido político que empapaba un duelo con una historia espinosa en los campeonatos.