Francia ha abierto un compás de espera tras casi dos semanas de tensión política y social por la reforma de las pensiones. La asistencia a la última manifestación, el martes, fue menor que la semana anterior. Hubo incidentes, pero no se produjo el estallido general que algunos temían. A la espera de que el Tribunal Constitucional decida, el 14 de abril, sobre el futuro de la reforma, el Gobierno y los sindicatos se han citado para la semana próxima, un posible inicio de deshielo tras meses sin diálogo.