México ha vivido de nuevo esta semana las consecuencias de su realidad violenta. A veces en forma de cuerpos despedazados o ausentes, el crimen ha preferido en esta ocasión organizar un pequeño caos, de consecuencias terroríficas para la población, espectadores presenciales o virtuales de la capacidad del crimen organizado para colocar mensajes. El motivo, un operativo fallido. El Ejército intentó detener a dos cabecillas del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), alias El Doble R y El Apá, y estos, en la huida, prendieron fuego a lo que pudieron.