La pandemia ha abierto un vacío en el corazón de Buenos Aires. El Microcentro, el barrio de las oficinas y el turismo, agoniza día a día. Las famosas Galerías Pacífico se han convertido en un espacio casi fantasmagórico. En la calle Florida no hay más que ausencias. Los soportales de la avenida Alem y la calle Reconquista son una exposición de comercios cerrados y un refugio para miles de personas sin domicilio. “Esto está muerto”, dice Raúl, cocinero del restaurante Budapest.