Edmundo González Urrutia (La Victoria, 74 años) ha dejado el balcón de su casa abierto y las guacamayas que con frecuencia surcan el límpido ocaso de las tardes en Caracas pasan saludando a la distancia. González Urrutia lleva todo el día atendiendo asuntos vinculados a su nueva condición de candidato de consenso de la oposición, y, aunque no lo dice, está cansado. Responde con brevedad y prudencia. Sabe de sobra que, como candidato de las fuerzas democráticas en este trance político, se aproxima a una zona de turbulencias. En el invierno de su vida, puede que le toque liderar la transición política en Venezuela después de más de dos décadas de chavismo.