Los restos de los 16 migrantes asesinados el 22 de enero en el norte de México ya están en Guatemala. Casi 50 días después de que sus familiares tuvieran las primeras noticias de la muerte de sus seres queridos a través de los coyotes que los guiaban a Estados Unidos, sus cuerpos fueron repatriados este viernes en un avión de carga costeado por el Estado de Tamaulipas, donde los migrantes fueron ejecutados y calcinados.
