Un fantasma de la Guerra fría ha aparecido en el debate político sobre el futuro de Ucrania: es el temor a que el país se rompa en dos como sucedió con la península de Corea. El estancamiento en el frente, sin que ninguno de los bandos pueda desequilibrar la balanza, ha provocado que cada vez más voces políticas y académicas observen la posibilidad de que, igual que pasó entre Corea del Norte y Corea del Sur, se produzca un cese de las hostilidades que desemboque en dos realidades opuestas, la de la Ucrania libre e integrada en el bloque occidental, y la de una Ucrania anexionada de facto por Rusia.
