Estados Unidos, la primera economía del mundo, sirve siempre como excusa, para bien o para mal. Y algo así debió de pensar hace unos días el presidente Gustavo Petro cuando, en medio de las críticas por su apoyo a las marchas pro Gobierno de este miércoles, vio a su homólogo estadounidense, Joe Biden, con un megáfono en la mano. “Los presidentes debemos encabezar la movilización social para lograr las transformaciones que requiere el mundo”, tuiteó emocionado ante la presencia de Biden en una huelga del motor en Míchigan. El hecho, aunque insólito en Estados Unidos, poco o nada se parece a los actos que protagonizó este miércoles Petro en Bogotá. Más allá de que todo acto es político y de que ambos presidentes se calzaron una gorra negra ―Biden del sindicato UAW y Petro la de Presidencia―, las diferencias de los hechos impiden cualquier paralelismo.
