Nasser al-Khelaifi se quedó perplejo cuando el verano pasado se dirigió a Lionel Messi para pedirle consejo. A la pregunta de si pensaba que Ansu Fati sería un buen fichaje para el Paris Saint-Germain, el argentino le respondió que el mejor jugador del Barcelona con mucha diferencia, y el que debía contratar si quería dar un golpe maestro, era Frenkie de Jong. Según fuentes del club parisino, el presidente qatarí se tomó tan en serio las palabras del jugador, que envió emisarios a hablar con el padre del holandés, al tiempo que el propio Messi le mandaba mensajes diciéndole que se fuera con él a jugar a París. El intento no prosperó. Cuatro meses después el destino reúne a Messi con De Jong en Lusail, enfrentados por un pase a la semifinal de la Copa del Mundo en Qatar, la casa de Al-Khelaifi.