A 150 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas, en la costa norte de Brasil, Petrobras pretende abrir un nuevo agujero de casi tres kilómetros de profundidad para extraer petróleo. La operación, pendiente de pocos detalles burocráticos, es la “nueva frontera petrolífera” de la empresa: gastará al menos 3.000 millones de dólares para descubrir nuevos yacimientos en la zona, conocida como margen ecuatorial, según su plan financiero.
Metodología: ¿quién ayuda a las empresas más contaminantes del mundo a expandirse?
Para responder a esta pregunta, Investico y Follow the Money han creado una base de datos de todos los bonos emitidos por empresas de combustibles fósiles desde la firma del Acuerdo de París en diciembre de 2015.
A partir de los datos de Bloomberg, la base de datos financiera más completa del mundo, buscamos todos los bonos activos emitidos por empresas de carbón, petróleo, gas, exploración y producción. Encontramos 4.550. Dado que el Acuerdo de París se firmó en diciembre de 2015, tenemos en cuenta todos los bonos emitidos desde enero de 2016 hasta el 8 de junio de 2023.
Algunos de estos bonos fueron emitidos por empresas de combustibles fósiles que ya no están expandiendo sus operaciones fósiles, en línea con la ciencia climática. Para excluirlo, hemos utilizado los datos de Urgewald, organización alemana sin ánimo de lucro que lleva años analizando la industria de los combustibles fósiles y resume toda la información que figura en la documentación de las empresas en dos conjuntos de datos. Uno para la industria del carbón, la Global Coal Exit List (GCEL) y el otro para la industria del petróleo y el gas, la Global Oil and Gas Exit List (GOGEL). Ambos incluyen información sobre si las empresas siguen expandiéndose, por ejemplo, desarrollando nuevas minas de carbón, plantas de carbón o infraestructuras de carbón. En el caso del sector del petróleo y el gas, se considera que las empresas están “en expansión” cuando añaden más de 20 millones de barriles de petróleo y gas a su cartera de producción, o desarrollan más de 100 kilómetros de oleoductos
Al cruzar nuestra base de datos de bonos con las ‘Exit List’ de Urgewald, pudimos identificar todos los bonos emitidos por empresas de combustibles fósiles en expansión. En caso de que el bono fuera emitido por una filial, examinamos si la empresa en su conjunto estaba ampliando sus operaciones.
Como último paso, excluimos los bonos verdes emitidos por empresas de combustibles fósiles: no queríamos incluir ningún bono que recaudara dinero específicamente para actividades ecológicas, como la construcción de parques eólicos. Para excluir estos bonos, recurrimos a la experiencia de la Iniciativa de Bonos Climáticos (CBI, por sus siglas en inglés), una empresa internacional de investigación financiera con sede en Londres. CBI identifica todos los bonos que se etiquetan a sí mismos como “verdes” y analiza si está justificado. Si un bono verde de una empresa “gris” ha pasado la votación del CBI, se ha excluido de nuestra base de datos. Puede encontrar información sobre la metodología del CBI aquí.
Terminamos con una selección final de 1.666 bonos, por un total de 1011.000 millones de euros, o algo más de un billón de euros. Para todos estos bonos recopilamos información de Bloomberg sobre las partes implicadas en el proceso de emisión, como bancos y bufetes de abogados. Esto incluía sus respectivas funciones, como “suscriptor”, “bookrunner”, “agente pagador” y “asesor jurídico”. Eso nos permitió analizar qué bancos y abogados han ayudado a conseguir financiación para empresas de combustibles fósiles en expansión.