El segundo proceso constitucional chileno para reemplazar la Carta Magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, sometida a unas 60 reformas desde 1989, ha entrado esta semana en un terreno pedregoso. En las votaciones de enmiendas en el pleno Consejo Constitucional, un proceso que arrancó el pasado viernes 16 de septiembre, las derechas han hecho valer su contundente mayoría. La derecha tradicional agrupada en Chile Vamos ha sumado sus votos a la derecha extrema del Partido Republicano –que tiene 22 de los 50 escaños del órgano– y juntos han aprobado normas polémicas como “el derecho a la vida de quien está por nacer”, la expulsión inmediata de los migrantes que ingresen por pasos no habilitados, la objeción de conciencia institucional y la exención tributaria de la primera vivienda (que beneficia a los de mayores ingresos). En los últimos días, diferentes sectores políticos que componen el Consejo han comenzado a expresar públicamente sus dudas respecto de respaldar el texto en el plebiscito del 17 de diciembre.
