La represión policial se cobra su primer muerto en Lima

Un cuerpo acaba de desplomarse frente a las cámaras de televisión de un canal de cable. Faltan diez minutos para las ocho de la noche, en la avenida Abancay, en el centro de Lima, y un grupo de manifestantes se encuentra en la acera, observando a la Policía. No están lanzando piedras, ni botellas, ni nada. Detrás, una humareda tóxica compone el cuadro de una escena de guerra. Entonces, se escucha un estruendo y un señor cae al suelo. La gente grita: “Bala, bala, bala”, mientras un charco de sangre empieza a teñir la acera. En lugar de reportar el ataque, el director de cámaras de Canal N cambia de cuadro, y no vuelve más al punto.

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