Hijos de supervivientes

No es difícil encontrar pensadores que culpan de la pandemia al cambio climático, la deforestación y otros inventos lamentables de la humanidad moderna. Esas teorías tienen unos cimientos muy frágiles, por dos razones. La primera es que la epidemiología demuestra que las pandemias de los últimos cien años son consecuencia del enorme aumento de la movilidad humana que se ha desarrollado durante del siglo XX, con la generalización de los trenes, los coches, los aviones y los flujos humanos subsiguientes, que pueden llevar a Canadá un virus surgido en un mercado chino en cuestión de horas. Así ocurrió con el SARS de 2002, ahora redenominado SARS-CoV-1 para distinguirlo del SARS-CoV-2 que nos aflige.

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