La vida en Puente Nayero transcurre al ritmo de la marea. Cuando aún no ha amanecido, salen los pescadores. Toman sus canoas, que flotan sobre los canales de agua. En esta zona de Buenaventura no hay calles ni viviendas sobre tierra. Estacas de madera de chonta, fuertes y flexibles, sostienen las casas por encima del mar y mantienen en pie una compleja red de puentes, callejones, amistades y aceras que conforman la tipología arquitectónica y social más representativa del Pacífico colombiano: los barrios de palafito. El nivel del agua baja a medida que se acerca el amanecer, y entonces los pescadores pueden salir desde debajo de las estructuras, esquivando sus pilares como en un laberinto, hacia mar abierto.
