La entrevista de Oprah Winfrey al príncipe Enrique y Meghan Markle no solo ha tenido repercusión en los salones del palacio de Buckingham. La ola expansiva de las denuncias de racismo, manipulación y crueldad que los duques de Sussex lanzaron contra Casa Real llegó hasta Canadá. El país norteamericano, miembro de la Commonwealth, es una monarquía constitucional cuya jefatura de Estado recae en la reina Isabel II. Este vínculo con la corona británica ha sumado cuestionamientos con el tiempo, acrecentados ahora.
